Las Hurdes
Considerada durante años uno de los lugares más inaccesibles de España, esta comarca extremeña alberga paisajes espectaculares
Históricamente, la comarca de Las Hurdes ha sido considerada como uno de los parajes más remotos de la Península ibérica. Tal vez esa fama de inaccesibilidad, alimentada por el aislamiento y las duras condiciones de vida que tuvieron que soportar sus habitantes durante gran parte del siglo XX, ha permitido que esta zona del norte de Extremadura mantenga hoy vivos muchos de sus encantos naturales y posea paisajes capaces de robar el corazón de quienes visitan el lugar.
Os proponemos ocho lugares que es imprescindible contemplar cuando se visita esta agreste comarca que poco tiene que envidiar a otras tan famosas como el valle del Jerte.
1.- El meandro Melero: Un mirador con forma semicircular ofrece una impresionante vista de este meandro del río Alagón, situado a pocos kilómetros del embalse de Gabriel y Galán. Las caprichosas formas con las que el río ha esculpido el paisaje a su paso convierten este meandro en uno de los más hermosos de la Península Ibérica.
2.- El charco de la Olla: Esta una inmensa piscina natural de 300 metros de largo se encuentra se encuentra pegado a la carretera conduce hasta la localidad de Ladrillar. El charco es cruzado por dos puentes recubiertos de pizarra, la piedra más abundante en la comarca. Uno de ellos permite a la carretera sortear el río Batuecas, mientras que el otro es una pasarela peatonal que cruza el río Ladrillar. Las aguas de ambos ríos se unen en el extremo de los puentes y ofrecen una estampa casi de pelicula. Un viejo molino en ruinas o la presa desmontable de la piscina natural de Las Mestas, que se instala cada verano, son algunos de los encantos de este rincón.
3.- El campanario de Casares de las Hurdes: La particularidad de esta construcción, que se alza en una plazoleta escondida en medio del enrevesado trazado de las callejuelas del pueblo es que se encuentra separado por unos cuatro metros de la ermita del pueblo. Originalmente su función era llamar a reunión a los vecinos de la localidad con sus dos campanas. En la actualidad, es posible acceder al mismo a través de una escalinata y contemplar las vistas del valle del río Hurdano, plagado de olivos y cerezos.
4.- Los meandros del río Malvedillo: La escarpada orografía de la comarca tiene consecuencia que todos los ríos que la recorren posean un recorrido sinuoso. Prueba de ello es el Malvellido, que posee numerosos meandros a lo largo de su enrevesado trazado. Los más espectaculares se encuentran bajo el mirador de El Gasco. La vista panorámica, con el espectacular torrente de agua del río, los bancales y terrazas, muchos de ellos en explotación, y los restos de antiguas construcciones de arquitectura popular constituyen un reflejo de lo que fue una de las comarcas más pobres de Extremadura.
5.- El Chorro de la Meancera: El sendero que une la localidad de Nuñomoral con el Chorro de la Meancera, cascada en la que nace el arroyo del mismo nombre, ofrece un asombroso paisaje, fruto de la erosión provocada durante siglos por el río. Cerezos, un cráter provocado por un meteorito y un entorno salvaje hacen de este sendero una travesía inolvidable.
6.- La presa de las tapias: Ubicada en el término municipal de Caminomorisco, fue construida en 1997 para retener las aguas el arroyo Capallar. Rodeada de árboles, un paseo por su dique de hormigón, de más de 21 metros de altura y casi 125 de largo ofrece una bella estampa al atardecer.
7.- El valle del río Esperabán: La carretera que recorre el valle discurre paralela al sinuoso trazado del río Esperabán y sus meandros. Durante el trayecto, las diferentes alquerías que forman parte de Pinofranqueado muestran el genuino encanto de los pueblos de la comarca de Las Hurdes.
8.- El embalse de Pinofranqueado: Situado en una hermosa y apacible zona boscosa, es un enclave ideal para pasar un tranquilo día de pesca o, simplemente, pasear contemplando la belleza del entorno del río Los Ángeles, cuyas aguas contiene esta pequeña presa de reciente construcción.